Desde
 sus inicios, la finalidad que toda empresa persigue es ganar y obtener 
buenos resultados con utilidades y finanzas sanas.  El canal más 
adecuado para el logro de este objetivo es el control interno, el cual 
debe de vigilar que cada una de las personas realice su trabajo de 
acuerdo a las políticas y procedimientos establecidos por la dirección 
general, para así lograr los objetivos y salvaguardar los activos de la 
organización.
La herramienta perfecta para lo anterior es contar con un ERP (Enterprise Resource Planning por
 sus siglas en inglés) adecuado a las necesidades de la empresa. Que 
además, cumpla con los mayores estándares de administración, compras, 
inventarios,  recursos humanos, finanzas, punto de venta, facturación 
electrónica, operación, producción, etcétera, permitiendo que todas las 
áreas trabajen de manera integrada.


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